A lo largo de diez meses, OPN Studio ha realizado una investigación artística materializada en la exposición Give My Creation… Life!, que auna arte, ciencia y tecnología. Con esta entrevista, queríamos acercarnos al interesante proceso de investigación y creación en torno a la circulación extracorpórea que han desarrollado Susana Ballesteros y Jano Montañés, miembros del colectivo artístico zaragozano.
¿Qué os llevó a interesaros por el tema de la exposición? Fue la pregunta “¿y si fueran los cuerpos los que alimentaran de energía a una máquina?” la que arrancó la investigación, o fue el interés por el funcionamiento del corazón y la circulación extracorpórea la que os llevó a haceros las preguntas de carácter más ético y filosófico que están presentes en el discurso de Give My Creation Life!?
Para responder debemos remontarnos a dos fechas, ya que la mayoría de las veces desde que surge el interés por desarrollar un proyecto hasta que se logra ubicarlo pasa un tiempo, algunas veces por motivos de financiación, y otras por no encontrar el lugar más apropiado donde exponer el planteamiento.
La primera fecha y lugar es septiembre de 2012 en Zaragoza, cuando surgió una conversación donde el foco de interés giraba en torno a la generación de energía a través del flujo sanguíneo de nuestro cuerpo con el fin de alimentar dispositivos externos que utilizamos a diario: móviles, tablets… La segunda fecha fue diciembre de 2012 en Ámsterdam, donde una tarde topamos con material gráfico e información varia acerca de las investigaciones sobre circulación extracorpórea llevadas a cabo en 1929 en Rusia por el Dr. Bryukhonenko.
Alguna de la información hallada ya la conocíamos, sin embargo no siempre ves el material de la misma forma, de manera que al enlazarlo con nuestra conversación inicial, todo cobró sentido. Era posible reanimar órganos separados del cuerpo a la par de reanimar un organismo completo tras su muerte clínica. Por tanto, nos cuestionamos el planteamiento que da sentido a todo el proyecto, es decir, la obtención de energía a través del latido de un corazón con el objetivo de concederle la autonomía a una máquina.
Cabe añadir que, en el tiempo transcurrido entre el planteamiento y la materialización del proyecto, se dio a conocer en 2015 el desarrollo de un chip que convierte el latido del corazón en energía para alimentar un marcapasos llevado a cabo por la investigadora Canan Dagdeviren en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), lo que demuestra que este tipo de planteamientos expuestos en charlas, instalaciones de arte, cine de género ciencia ficción y un sin fin de manifestaciones artísticas, pueden dar como fruto no sólo interesantes reflexiones, si no posibles teorías que desencadenen futuros avances.
La exposición tiene una aproximación muy científica al asunto de la circulación extracorpórea, pero como artistas ¿cuáles eran las respuestas que esperabais obtener de esta investigación y cuales han sido las dificultades (o las ventajas) de poder plasmar esta investigación con este formato?
La respuesta que siempre deseas obtener es una afirmación en relación a su viabilidad. Por ello, y para reforzar nuestra narrativa, solicitamos una colaboración con el CIBA (Centro de Investigación de Bimedicina de Aragón), donde les expusimos nuestro planteamiento y el experimental que deseábamos llevar a cabo. Experimental consistente en la extracción de un corazón procedente de un animal intervenido anteriormente y no reaprovechable. Para poder realizar la intervención que demostraría la viabilidad de mantener un corazón con vida por un tiempo prolongado fuera del cuerpo, el proyecto debió superar un comité ético. Recalcar que una de las condiciones de la intervención era que el animal debía ser no re aprovechable, en ningún momento deseábamos dañar un animal para los objetivos directos del proyecto y así ha sido.
En el experimental colaboró un completo equipo de profesionales compuesto por dos cirujanos, el Dr. Manuel Vázquez y la Dra. Cristina Pastor, una perfusionista, Rosa Andrés, y un anestesista, el Dr. Javier Gómez-Arrue. La intervención experimental llevada a cabo por este equipo fue grabada obteniendo resultados muy favorables que refuerzan el planteamiento expositivo. Actualmente, el audiovisual se muestra proyectado en la sala de exposiciones del Centro de Arte y Tecnología Etopía dentro de la exposición Give My Creation.. Life!.
El corazón de la instalación
Durante el transcurso de vuestro trabajo, habéis sido residentes en Etopia y habéis hecho un uso intensivo, preciso y profesional de los laboratorios de fabricación digital del centro. ¿Podéis explicar con Me gustaría más detalle cuales han sido vuestras herramientas y sus resultados?
Así es, Etopia dispone de un laboratorio de fabricación con tres herramientas estrella. La primera es la impresión 3D que nos ha permitido investigar y desarrollar corazones con diferentes materiales y propiedades, como el ABS, el PLA, o el Filaflex, que nos permitió diseñar y producir una pieza que no sólo cumple con la estética propia de un órgano, si no también con la elasticidad necesaria para simular los latidos del corazón.
La segunda herramienta que hemos utilizado ha sido una fresadora CNC, una máquina de control numérico que permite elaborar piezas mecánicas mediante un diseño previo; es decir, introduces un código que la máquina interpreta en las coordenadas “X”, “Y” y “Z” y de esta manera, comienza a elaborar la pieza físicamente. En principio, está destinada a trabajar con materiales “blandos”, principalmente maderas, plásticos, espumas… Sin embargo, en nuestro caso, todas las obras tienen una alta base en metal, por lo que se estuvo barajando la posibilidad de utilizar metales. Descartamos el acero inoxidable, por motivos de dureza en cuanto a viabilidad, que suele ser nuestro material por excelencia en casi todas las obras, para decantarnos por el aluminio, un metal de más fácil mecanizado.
La última herramienta a destacar es una máquina láser que permite cortar y grabar, pudiendo obtener piezas muy precisas en cuanto a corte sin necesidad de retoque, ya que la CNC sí que requiere de un manipulado posterior para darle un acabado definitivo. Por lo menos nosotros sí consideramos necesario ese manipulado con el objetivo de disfrutar de unas terminaciones mucho más definidas.
En este caso se pone muy de manifiesto la faceta del artista completamente ligada a la del “artesano” (en este caso el artesano digital). No es algo que suela ocurrir siempre (hay artistas que diseñan las piezas pero encargan su fabricación a artesanos especializados). ¿Qué os aporta como artistas ese “mancharse las manos” en el taller?.
Nadie mejor que tú sabe cómo necesita que sea la pieza a producir, en cuanto a dimensiones, forma y acabado, por lo que nadie mejor que tú para desarrollarla de inicio a fin. Además el hecho de conocer y realizar todo el proceso de producción te permite visionar futuros proyectos.
Conversor hidráulico de energía biológica de OPN
La instalación central de la exposición tiene una estética muy concreta, que es un guiño a muchas referencias culturales (del cine, de la literatura…). Seguro que los visitantes las encuentran rápidamente, pero ¿podríais explicarnos otras?
La escenografía que viste la instalación del “Conversor hidráulico de energía biológica de OPN”, tal y como lo llamamos, recrea un laboratorio clandestino de finales del siglo XIX principios del XX, un lugar donde el aislamiento es total y la noción del tiempo desaparece para centrase única y exclusivamente en la investigación y la creación. Cómo ya sabemos, el título de esta exposición es Give my creation…Life! tomada de la mítica escena donde Gene Wilder hace un llamamiento bajo la locura para conceder vida a su creación. Pero no es el único guiño dedicado al cine dentro de esta exposición, ya que el praxinoscopio que podemos encontrar en la instalación se seleccionó como máquina “fetiche” dentro de este proyecto por tratarse de un ingenio que precede y origina el nacimiento del séptimo arte. Destacar que el cine se desarrolló desde el punto de vista científico, antes de que sus posibilidades artísticas o comerciales fueran exploradas. Además como broche final, la animación que soporta el praxinoscopio es un reflejo de un relato de ciencia-ficción de Thea Von Harbou de 1926, a través de su icono “Maria” Robot.
Give my creation…Life! es una exposición de OPN Studio, producida en Etopia Centro de Arte y Tecnología, donde estará expuesta del 1 de diciembre de 2016 hasta el 18 de febrero de 2017.