La tecnología no es algo ajeno a nuestra naturaleza, nos ha acompañado desde el descubrimiento del fuego y la invención de la rueda hasta nuestros días y aunque su propósito principal es facilitarnos las tareas cotidianas, también podemos usarla para nuestra diversión y entretenimiento. Los artefactos técnicos pueden ser utilizados como medios para la experimentación en el arte y la danza.
La pieza ‘Pulse’, presentada en el festival de Danza Trayectos y desarrollada en el Laboratorio de Danza y Nuevos Medios de Etopia, es una muestra de ello. Para esta creación coreográfica, el equipo de ingenieros[1] hemos integrado algunos sofisticados dispositivos que han sido acoplados a los bailarines[2] con el objetivo de permitirles bailar con ellos para desarrollar creaciones artísticas asociadas al movimiento y que así puedan mostrarnos desde una perspectiva distinta el arte de bailar.
Los sensores electrónicos han sido ajustados a través de complejos algoritmos que facilitan la comunicación entre los distintos dispositivos y ordenadores que componen este entorno con el propósito de que nuestros bailarines puedan representar sus movimientos de una forma distinta, una forma más plástica, más visual, una forma diferente.
En cada una de las paredes que rodean la escena se proyectan en tiempo real imágenes que llevan el pulso de su ritmo en forma de bits, la velocidad de sus movimientos a modo de señales electrónicas y el lugar donde bailan como un lugar en los circuitos de estos ordenadores invisibles.
La tarea no ha sido sencilla pues aún no hemos inventado un dispositivo que sienta la música como nosotros. Es por esto que el trabajo en equipo ha sido de suma importancia para integrar los conocimientos técnicos de nosotros como ingenieros, quienes hemos programado los diversos algoritmos, con las habilidades artísticas de nuestro equipo de bailarines, quienes se han encargado de orientar las imágenes proyectadas al conjunto de emociones que quieren representar.
El talento de bailarines e ingenieros ha permitido integrar dos visiones: una del espacio basado en coordenadas con otra centrada en nuestros cuerpos al danzar, una visión de los tiempos basados en el ritmo con otra definida por el reloj de un ordenador y una visión de los pulsos entendidos como señales electrónicas con otra pensada como el latir de nuestros corazones al compás de la música.
El esfuerzo del equipo ha tenido buenos resultados con lo que el “cuerpo en movimiento” se puede ver en esta pieza como una herramienta de creación plástica y que permitirá llegar a nuestros sentidos ¡con mucha emoción!
Cesar Augusto Guayara es Ingeniero Informático y estudiante del Máster de Ingeniería Informática de la Universidad de Zaragoza. Participa en el grupo de investigación del proyecto ISAAC Lab y como estudiante en práctica ha apoyado esta iniciativa para el festival de Danza Trayectos junto al equipo de Tarde o Temprano Danza y con el apoyo de estudiantes e investigadores de la Universidad de Zaragoza. El día 22 de junio, en el contexto del festival Trayectos, presentarán sus resultados, una pieza titulada “Pulse”
[1] Estudiantes de la Universidad de Zaragoza, Cesar Augusto Guayara Lozano del Máster ingeniería informática y Juan Carlos Chamorro. del grado de Ingeniería en Tecnologías industriales con apoyo de Jorge Cáncer, estudiante del Máster ingeniería informática y Tomás Gómez profesor e investigador de la Universidad de Zaragoza.
[2] Tarde o temprano danza, Vanesa Perez, Marta Aso, Kenji Matsuyama Ribeiro