Con motivo de la exposición Dame una pantalla y haré que naveguen todos los edificios, que puede verse hasta finales de enero en Etopía, se ha invitado a Joan Fontcuberta para reflexionar junto a Cecilia de Val sobre algunos conceptos relacionados con el final de una época vinculada a los objetos tangibles y la palabra escrita y el comienzo de una nueva era postfotográfica donde predomina la incorporeidad.

La sociedad digital actual, mediatizada por pantallas, ha desmaterializado la imagen hasta convertirla en un arma visual aparentemente inocua capaz de anular la mirada y el pensamiento crítico. Si Internet y las redes sociales son considerados hoy espacios de libertad que promueven el exceso y abundancia de imágenes, ese ecosistema es, paradójicamente, el mejor contexto posible para que el poder nos controle y vigile. Habitamos espacios transparentes donde exponemos, sin ser conscientes, nuestra más secreta intimidad.