Nuestro modo de relación social se asemeja al coleccionismo de personas, nos relacionamos con ellas, pero dejamos de lado las intensidades afectivas. Se trata de reflejar los estereotipos como máscaras de identificación y la soledad del interlocutor. Se trata de un proyecto de comisariado temático, que tiene ambiciones investigadoras para adentrarse en las cuestiones relacionadas con identidad, relación social, pertenencia al grupo y las dialécticas creadas entre expresión y silencio, realidad y mentira del propio yo. Desde la implantación de la web 2.0 en el 2003 (blogs, Wiki, etiquetado social tipo Flickr, Youtube…) la web ha derivado en un medio interactivo. El individuo se convierte en protagonista en la red con nuevas formas de comunicación/relación (chatear, facebook…), aparecen nuevos cauces de creación (ciberarte), y es notable la revolución a nivel de difusión del arte (podcast, páginas web, blog…), dando lugar a nuevas tipologías de museos y exposiciones (MUVA I y II, visitas virtuales…).Toda esta red compleja e interactiva enlaza con una serie de actividades, procesos y relaciones sociales que influyen directamente en nuestra identidad y en la manera que tenemos de relacionarnos con los que nos rodean, por ello es un eje fundamental de nuestro trabajo de investigación.
Este proyecto surge de la necesidad de plasmar la experiencia que nos ha brindado la nueva era de la información. Asimismo, tenemos interés en el nuevo individuo que se está formando, el individualismo y la multiplicidad de identidades y cómo se ven reflejadas en el arte y la creación de artistas emergentes en diferentes formatos, no sólo virtuales e interactivos, sino también modos de expresión más tradicionales. Gracias a la red surgió esta iniciativa y a pesar de ella y de su deshumanización hemos encontrado un lugar para la reflexión acerca de la identidad y el ser. Si la realidad vital y cultural está sufriendo profundas transformaciones, debemos pensar en modos y maneras de abordar la cultura que permitan recoger y apoyar toda la riqueza y diversidad que se está originando.
El hombre del siglo XXI y su comunicación virtual, traspasa los límites espaciales y temporales. La inmediatez de la comunicación, la interacción, la simultaneidad de los mensajes, las imágenes… La vida y las relaciones, cada vez más, se convierten en una interpretación de nosotros mismos. Estamos anegados por telerealidad y sumergidos a un constante reexamen de la identidad, quiénes somos, a dónde queremos llegar, qué imagen queremos dar al mundo. La construcción de un alter ego maquillado, estudiado, o incluso a veces todo lo contrario, agresivo y gamberro, es lo que nos permite hoy en día las redes, identidades relacionales, individuales y colectivas, que proporcionan una estructuración social paralela, virtual, pero no por ello menos real. Si no estás en la Red, no existes. El proyecto propone la alternativa de vincular los soportes físicos y virtuales, dejando abierta una progresión de arte a través de fisuras entre ambos. Hablamos de los límites del yo, de cómo traspasar esos límites físicos y transgredir a otras realidades paralelas que suceden simultáneamente a nuestras vidas y de algún modo nos afectan. La comunicación virtual te permite el diseño de otro fondo y otra forma. Depende con quien vayas a relacionarte, más vale que te hagas varios perfiles, porque si no, te van a cazar, que no eres tan cool ni sabes emular tan bien a los top model en tus fotos del muro, así que más vale que te reinventes bien, sin crear demasiada confusión.