La exposición Interstices es un conjunto de obras que requieren la interacción del público. Las visitas guiadas participativas organizadas por el equipo de Mediación de Etopia nos permitieron descubrir, además de las obras, los algoritmos y referentes en los que se basan estas creaciones interactivas audiovisuales.
Hunt and Kill Algorithm: buscando el camino de Ink Under Paper
Una hoja de papel que, al contacto con el dedo, se llena de tinta poco a poco. La tinta se expande, creando un patrón casi fractal, impredecible y aleatorio. Un efecto ¿mágico? No. La mesa de dibujo de Ink Under Paper funciona gracias al Hunt and Kill Algorithm, un algoritmo que poco tiene que ver con la caza y mucho con el mecanismo detrás de los videojuegos de laberintos.
El algoritmo es el responsable de crear el efecto de que la tinta “fluye” por esta hoja de papel digital buscando celdas adyacentes vacías, para extenderse a ellas; un proceso que se repite hasta que la hoja –o mejor dicho, la invisible retícula digital bajo la hoja- queda totalmente cubierta de “tinta” negra. El algoritmo, combinado con la “aleatoriedad” de la posición de nuestro dedo. El código, y no la tinta, es la materia prima en esta pieza que abre la exposición Interstices.
“El juego de la vida” de John Conway y la narración infinita
¿Cómo convertir un dispositivo narrativo a priori finito, como un flip book, en un dispositivo infinito? Insertando en él un código que sea sinónimo de evolución, emergencia y auto organización. Mechanical frames, la segunda instalación de Interstices, convierte las páginas de un libro en el soporte de una secuencia infinita y siempre mutante gracias al autómata celular o modelo matemático llamado y El Juego de la Vida. En este modelo, creado por el matemático John Conway, una malla de “células” evoluciona paso a paso, de muerto a vivo, de luz a oscuridad, mediante unas reglas contextuales predefinidas, creando una retícula visual que nunca es igual. Una narración infinita que, si fuera una novela, sería apasionante.
Leap motion y Mechane: Deux ex machina al alcance de la mano
En el antiguo teatro griego y romano, un actor introducía, desde fuera del escenario, una grúa (machina) o cualquier otro medio mecánico para interpretar a dios (deus) y resolver una situación o dar un giro a los acontecimientos. En la pieza Mechane, Deus ex machina es el espectador que se convierte en Dios para controlar un mundo imaginado creado por Chevalvert, poniendo el control de un mundo en miniatura al alcance de la mano gracias a un leap motion, un dispositivo sensor que soporta movimientos de dedo y mano como entrada, análoga a un ratón, pero que no requiere contacto alguno. Descubrir el catálogo e interacciones creadas por el estudio con los movimientos de la mano crean sobre el escenario virtual es un juego irresistible.
Social Boids: la vida secreta de las partículas de luz
Boids es un programa de vida artificial, desarrollado por Craig Reynolds en 1986, que simula el flocado de las aves, que es el comportamiento exhibido cuando un grupo de pájaros, llamado bandada, busca alimento o está volando.
En lugar de aves, aquí tenemos un rebaño de lucecitas blancas. Se mueven como bandadas alrededor de su mundo que es una superficie blanca. Pero ¿qué ocurre cuando movemos las piezas? Que estas se traducen en alimento, barrera o refugio; siempre cambiante, siempre interactiva, esta pieza se basa en ese programa de vida artificial que controla el impredecible movimiento de los Social Boids.
¿Quieres saber más sobre Interstices y el estudio Chevalvert? La quinta clave (y muchas otras más) la encontrarás en la entrevista que hicimos a miembros del estudio tras la inauguración en Etopia.
Este artículo está basado en el guion que Sedena y el equipo de Mediación de Etopia crearon para las visitas guiadas participativas de Interstices.
Fotografías: Javier Roche/Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento.